RELATO PUNTO DE ENCUENTRO: SHENKÉ Apareció apresuradamente en la consulta o, mejor dicho, en el espacio de sanación con las botas mojadas y el pelo envuelto en gotas de lluvia. Anticipando su entrada, el carricoche y su bebé cuya silueta se diluía con aquel plasticucho. Eran habituales los días, los momentos o las semanas interminables de lluvia en Cuenca. Iris tenía 30 años y su pequeño trescientas cincuenta y cinco semanas menos que ella. Había frecuentado bares intoxicados por grupos como Los Reincidentes, Los Fulanos o Boikot. Pero aquellos ruidos de guitarras y amplificadores le embriagaban más que los canutos de marihuana. Siempre había querido ser madre y, cumplido su sueño, hoy por hoy, se sentía frustrada, no por haber cambiado ese estilo de vida caótico y rutinario a la vez, sino porque estaba sola junto con aquel marido que se limitaba a sacar al perro y preparar tajin de cordero con membrillo caramelizado cuando tenían alguna de sus magistrales bronca...