Para ello hay que tener claros ciertos conceptos y por ello pego algunos recortes de sus textos para que como bien él indica se establezcan redes de conexión y cooperación con el mismo punto de vista.
DESARROLLO:
Sin duda el término desarrollo está cargado de connotaciones positivas que lo convierten en una palabra atractiva y deseable. Todo el mundo quiere el desarrollo y huye del subdesarrollo; porque todo el mundo desea avanzar, crecer, alcanzar metas. La vida tiende al desarrollo, al cumplimiento de determinados ciclos, al cambio, al movimiento y a la acción.
Pero, sin duda, podemos añadirle muchos apellidos a este término. Así podemos hablar de un desarrollo físico-biológico que tiene que ver, sobre todo, con los procesos naturales de crecimiento; de un desarrollo político social ligado a la progresiva complejidad en las formas de organizar la convivencia y las asociaciones de individuos; un desarrollo moral que implicaría la progresiva clarificación entre el mal y el bien y la tendencia hacia éste último; un desarrollo científico-tecnológico derivado del progresivo dominio de la naturaleza en vistas a facilitar y hacer más cómoda la vida de la gente; un desarrollo económico que se podría relacionar con el crecimiento de los bienes y recursos de determinadas personas o colectivos.., etc.
Partamos de una premisa evidente: esa que E. Arnanz y M Ardid llaman “el mito del desarrollo”[1] y que formularíamos más o menos así: el nivel de consumo y bienestar del Norte es impensable que pueda extenderse a todo el planeta. Y ello porque los países del Sur no tienen otros sures por dominar que les permitiera iniciar procesos de acumulación, como hicieron con ellos, hace unos 500 años, las potencias imperialistas europeas con la explotación colonial de materias primas y la rapiña de recursos de todo tipo, gracias a lo cual iniciaron sus revoluciones industriales hace más de 200 años, base reconocida de su actual prosperidad. Además, la naturaleza no soportaría el nivel generalizado de expolio y agresión que la extensión a todos de dicha prosperidad exigiría.
- Ser una persona física y psíquicamente sana, para que no comprometa o trastorne los ámbitos en que trabaje, aunque el hecho de padecer alguna enfermedad o minusvalía no excluya la posibilidad de llevar a cabo ciertas labores de voluntariado.
Puede ser interesante, en este sentido, anotar algunos de los rasgos que, según Maslow[1] caracterizan a las personas sanas:
- Una mayor aceptación de uno mismo, de los demás y de la naturaleza.
- Una mayor autonomía, libertad y resistencia a la indoctrinación.
- Una mayor identificación con la especie humana.
- Una mayor capacidad para las relaciones interpersonales.
- Una mayor creatividad.
- El reconocimiento y la identificación con una determinada “misión”, con un sentido y dirección de la propia vida.
GRACIAS RAFA.
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