Leyendo el capt 39 de "Nocilla Dreams" me pregunto si las películas, libros...de ciencia ficción o tipo futurista no serán mas bien realistas; hechas o escritos por individuos que conocen dichas realidades de forma consciente sin que el resto del mundo lo sepa, o de manera inconsciente debido a que las han vivido en otra dimensión y sus recuerdos aparecen en ésta a través de lo que llamamos "imaginación".
Ted emite desde su módem vía internet un mensaje de feliz año nuevo a todos los internautas del mundo pero en especial a aquellos que como él, viven o trabajan en alguna micronación. La micronación más famosa y de alguna manera precursora de estas otras actuales que motean tanto la superficie como la atmósfera y las profundidades del globo terráqueo, es Sealand; el Principado de Sealand (www.telebase.es/sealand). En 1966, Roy Bates, dueño de una radio pirata inglesa llamada Radio Essex, tomó posesión junto con otras 240 personas de una base militar construida por Inglaterra durante la Segunda guerra y abandonada desde entonces. Una plataforma del tamaño de medio estadio de fútbol, asentada sobre dos pilares cilíndricos de cemento y acero que emergen verticalmente del mar gris y verdoso de la costa britanica.
Sobre la plataforma apenas hay unas construcciones de chapa de hierro llamativamente herrumbrosas y minúsculas comparadas con el espacio vacío. El site Micronations On The Web (www.geocities.com/Ca-pitolHill/Senate/5385/index.html) dice que, aparte de las 185 "macronaciones" nucleadas en la Naciones Unidas y los 60 países que no están formalmente reconocidos como tales o no forman parte de la ONU, existen decenas de micronaciones no reconocidas. En la lista de Micronational Links (www.reuniao.org/chancellery/links.html) se pueden encontrar 95 micronaciones, cada una con su sistema legislativo y financiero, sus símbolos e himnos.
Ahora Ted, a 65 metros por debajo del desierto de Nevada, instaladp en la gran sala de lo que fuera en su día el Centro de Recogida de Residuos Radiactivos del Gobierno, descorcha una botella de champán y brinda con sus 178 conciudadanos de Isotope Micronation. Aunque brinda con doble intención porque hoy tiene la sospecha de que alguien ha muerto. Se puede decir que Isotope Micronation es una especie de gran cubo sepultado bajo una extensión de desierto de 77.000 metros cuadrados, un intestino de cemento que puesto en línea recta llegaría a medir 600 kue comprado por un par de pioneros de las micronaciones al gobierno, que lo había sacado a subasta sin ningún éxito debido a la reticencia, casi irracional que posee la población hacia todo lo que tenga que ver con la radioactividad. En su superficie, el desierto ha sido modificado, y es donde cultivan y explotan una ganadería cuyos parámetros son en todo momento controlados por un software de desarrollo propio instalado bajo tierra en el llamado Nodo de agricultura: el nivel de minerales, la tasa de fotosíntesis, el estrés de cada animal o su calendario de inseminación. También en la extensión de la superficie hay un antiguo helipuerto, muchos metros cuadrados de células fotovoltaicas de las que obtienen energía, y una caseta tipo nido de ametralladoras que da acceso a donde está verdaderamente Isotope Micronation, el subsuelo: el colegio, restaurantes, viviendas, tiendas, depósitos de agua, transformadores eléctricos, etc, todo diseminado en esos cientos de salas y galerías que de todas las formas y tamaños se extienden entre los 0 y los 98 metros de profundidad. Así, en ese sobredimensionado cubo subterráneo les sobra tanto espacio que los 178 habitantes pueden pasar hasta un mes son verse ni una sola vez, y verse es excusa suficiente para no separarse durante otro mes y comprobar cómo la vida les va tratando. Saben que el día en que uno se muera inesperadamente de camino a alguna sala o galería, tardarán mucho tiempo en encontrarlo, pero aún no se ha dado ese caso: la micronación tiene apenas 10 años y, desde ese punto de vista, de momento aún son inmortales. Uno de los "divertimentos micronacionales" regulado por el Módulo de Apuestas del Microestado, dependiente del Nodo de Economía y Recaudación, consiste, en una vez por semana, y en unas hojas impresas a ese efecto, marcan con una X el nombre del ciudadano que cada cual estima que será el primero en morir. Quien mas X acumule sobre el nombre del primer desafortunado será el ganador a quien le corresponderá en premio los bienes íntegros del muerto. Cada semana todos están atentos a qué niño se pone enfermo, qué adulto asume una actividad de riesgo, o qué olor tiene esa noche la sopa del fast-food en caso de sospechar que el camarero lleva marcadas junto a tu nombre un montón de X.
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