No “ahora esto, ahora lo otro”
La actividad sin fin del Espacio Consciente que nos sostiene a nosotros y a todos los seres es ilimitada. Nace y muere como las diez direcciones del universo y como todos los espacios y lugares, las piedras y las hojas, y los distintos aspectos que suben y bajan dentro de estas diez direcciones.
Nuestra conciencia de ello se limita a lo que observamos y la mayor parte de lo que observamos está limitado por los tres klesas de la pasión, la agresión y la estupidez. Cuando movemos nuestras manos y pies, la actividad de luminosidad sin fin mueve las manos y los pies., y es las manos y los pies. Pero no nos damos cuenta porque casi con cada paso, no sentimos ese paso. Estamos demasiado ocupados escapando de algo que sucedió en el pasado o persiguiendo algo que podría o no suceder en el futuro. Si nos damos cuenta de nuestros pies, por lo general es porque esperamos que alguien admire nuestros zapatos o por una ampolla en la parte posterior de nuestro talón. Tomamos una copa, pero no sentimos ese toque íntimo, ya que nos centramos sólo en lo que vamos a hacer con la copa.
Pero manos y pies no están encerrados en una dura concha que deba ser rota. No hay nada que nos impida sentir la copa en nuestras manos, de estar justo donde nos encontramos, de estar vivos en nuestra vida. Podemos respirar este aire. Podemos ver, podemos oír. Podemos dejar de estrechar y centrar la atención en bucles discursivos absurdos, repetitivos y obsesivos y otras tantas tonalidades emocionales. Podemos. No hay nada que nos impida dejar de hacer eso.
Cuando empezamos a abrirnos a nuestras vidas tal como son, como los Budas y Ancestros Despiertos nos invitan a hacerlo, entonces hay un margen para darnos cuenta de cuánto espacio está disponible para nosotros para vivirlo. Cuando practicamos la Vía que nos ha sido tan generosamente expuesta por nuestro linaje de Budas y Ancestros Despiertos, empezamos a darnos cuenta que este espacio se está abriendo en forma de nosotros y que nosotros mismos nos estamos abriendo como tal espacio.
Cuando estamos sentados, de pie, caminando y tumbados dentro de la práctica continua, entonces nuestra práctica continua es la actividad ilimitada de las diez direcciones. La actividad sin límites que es la práctica continua ha sido siempre así, tanto si la hemos practicado como si no. Actividad sin límites, práctica continua, tesoro de luminosidad, actividad del Espacio Consciente, no es una esencia abstracta o idea religiosa. Se convierte por nosotros en algo real, como lo fue siempre cuando practicamos continuamente esta actividad sin límites, al manifestar y sostener los preceptos y las instrucciones. Cuando nos enganchamos activamente con la Vía, entonces no hay forma en que la Vía no nos satisfaga y no hay forma de estar separados de ella. La práctica continua nos sostiene activamente a través de la práctica continua.
Así que, Dogen Zenji dice:
La práctica continua que actualiza la práctica continua no es otra cosa que nuestra práctica continua ahora. El inmediato “ahora” de la práctica continua no es algo que hayas traído contigo de antes de ahora. El ahora de la práctica continua no surge de, o va a, o entra en, o sale de, un “yo”. El tiempo que llamamos “ahora” no existía antes de la práctica continua.
El momento en que la práctica continua se manifiesta es lo que puede llamarse “ahora”.
ANZAN HOSHIN
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