Quisiera tenerte en la Boca,
Buenos Aires querido.
Imperdible me resulta
aquel sustantivo porteño
en el lomo
de ese vetusto libro
que paladearé,
con sustancia,
junto al Caminito
de minúsculos posos de café.
En mi memoria
tatuaré esa vida de tango
asido Pernambuco
en una taza.
Y giro y gira,
la Giralda,
en pasado y en futuro.
Buenos Aires querido.
Imperdible me resulta
aquel sustantivo porteño
en el lomo
de ese vetusto libro
que paladearé,
con sustancia,
junto al Caminito
de minúsculos posos de café.
En mi memoria
tatuaré esa vida de tango
asido Pernambuco
en una taza.
Y giro y gira,
la Giralda,
en pasado y en futuro.
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