Susurrante se aparece el destino,
y a mi lado se sienta
presentando al pasado
con nuevas Isabellas.
Comenzando,
como toca,
por la primera:
adolescencia ardiente
y mi mano acariciando inocencia.
Pre-siento goce y valentía
y voluptuosidades artísticas.
Empieza la proyección
de un corto como es la vida
y me huelo a niñez,
reloj de pulsera
de aquella otra Isabel
con tic-tacs
que dejan firma y huella.
Y me abrazo y me avinato
tras el fin de esta tragicomedia,
y me expando y esponjo
con la última Isabella:
alimento de sus propias pasiones
en el corto del lunes de a la vuelta.
Y he aquí que soy yo la última
y cuarta de las reinas,
mirándome esta noche
en el reflejo de ellas.
Y cuando llego a casa
me desdibujo de nuevo
cual noche negra de febrero
pero ésta con un póker de reinas
bajo la almohada.
y a mi lado se sienta
presentando al pasado
con nuevas Isabellas.
Comenzando,
como toca,
por la primera:
adolescencia ardiente
y mi mano acariciando inocencia.
Pre-siento goce y valentía
y voluptuosidades artísticas.
Empieza la proyección
de un corto como es la vida
y me huelo a niñez,
reloj de pulsera
de aquella otra Isabel
con tic-tacs
que dejan firma y huella.
Y me abrazo y me avinato
tras el fin de esta tragicomedia,
y me expando y esponjo
con la última Isabella:
alimento de sus propias pasiones
en el corto del lunes de a la vuelta.
Y he aquí que soy yo la última
y cuarta de las reinas,
mirándome esta noche
en el reflejo de ellas.
Y cuando llego a casa
me desdibujo de nuevo
cual noche negra de febrero
pero ésta con un póker de reinas
bajo la almohada.
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