Fui Me desaté. Me abandoné del todo y fui. Hacia los placeres, que medio reales, medio imaginados en mi cerebro estaban, fui en la noche iluminada. Y bebí licores fuertes, como los que beben los temerarios de la voluptuosidad. La mesa del lado Apenas tendría veintidós años. Y sin embargo estoy seguro, que, hace casi esos años, este mismo cuerpo lo gocé. No es en absoluto una exaltación del erotismo. Y solo poco rato antes entré al casino: no he tenido tiempo para beber mucho. El mismo cuerpo yo lo gocé. Y si no recuerdo dónde -un olvido mío no importa. Ah mira, ahora que se sentó en la mesa del lado, conozco cada movimiento que hace -y por debajo de la ropa desnudos los miembros amados vuelvo a ver.