Oarystis entre las sábanas.
Mi cuerpo se enamoró del sueño de aquella noche.
Lo buscó al día y al día siguiente.
Colocaba cada atardecer las mismas arrugas 90% poliéster.
El viernes 30 de febrero
brotaron cristales de su letargo,
dafnes y doncellas volvieron
para regalarle una nueva quimera.
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